Según la CIG, la concesionaria actual, Ambulancias do Atlántico, acusa a Ambuibérica (anterior gestora) del «boicot» que provocó la inoperatividad de las ambulancias
La guerra existente entre las distintas empresas concesionarias del 061 dejó ayer sin suministro eléctrico las bases de Cangas y Moaña, lo que provocó retrasos en el proceso de desinfección de los vehículos y la consiguiente inoperatividad de las ambulancias. Además, el personal de guardia tuvo que pasar la noche en hoteles de las dos localidades.
Delegad@s de la CIG en el sector de ambulancias culpan de este corte que duró 24 horas «a las prácticas de boicot que practican las empresas para dificultar el acceso a los concursos». Según reveló Ambulancias do Atlántico, la actual concesionaria, fue Ambuibérica, la empresa que antes se encargaba del servicio, la que solicitó el corte del suministro sin previo aviso. En consecuencia, las bases quedaron sin luz eléctrica por la mañana.
“Detrás de todas estas carencias que merman la calidad del servicio y ponen en peligro a trabajador@s y pacientes está única y exclusivamente el interés económico que tienen las empresas concesionarias del 061; recortan en medios para obtener beneficios”, critican desde la CIG. En consecuencia, el personal sanitario del 061 de Cangas y Moaña tuvo que recurrir a una donación del futbolista Iago Aspas para poder afrontar la atención con seguridad durante la pandemia. “A día de hoy la empresa aun no entregó pantallas faciales ni máscaras tipo FFP3”, recuerdan.
Represión sindical
Al mismo tempo, lamentan el retraso de la Inspección de Trabajo en ejercer su acción sancionadora ante de las innumerables irregularidades que afectan a los trabajador@s y a la prestación del servicio. De hecho, después de la paralización por el confinamiento y las vacaciones de verano esperan ser citados por la autoridad laboral este mismo mes para reactivar las denuncias interpuestas.
En este contexto, las compañías intentan deshacerse de las personas que consideran molestas para sus intereses. El delegado de personal y de prevención de Cangas sufrió la persecución de la empresa concesionaria, que intentó despedirlo abriéndole un expediente sancionador por su acción reivindicativa y de denuncia que finalmente tuvo que ser retirado. A consecuencia de esta actitud, la Inspección de Trabajo le impuso una sanción grave a Ambulancias del Atlántico por represión sindical al delegado de la CIG.